viernes, 27 de noviembre de 2009

UNA DE VAMPIROS

Hoy, las tornas están cambiadas. Siempre que miro esta página de La Voz de Linares encuentro excelentes críticas de cine de mi compañero Manuel Velasco, justo el que escribe aquí debajo. ¿Lo ven?. En cambio, a mí, por mi trabajo en Diario JAEN, me tocan análisis económicos. Sin embargo, esta vez, él habla de economía y yo lo voy a hacer de cine. Vi “Luna nueva”, de la saga Crepúsculo. Y, pese a que hay mordiscos, acción y romances, nada me dejó tan sorprendido como entrar en contacto con una sala de cine llena de adolescentes con las hormonas en plena ebullición. Desde Nosferatus hasta hace unos meses, siempre que se veía a un vampiro daba mucho miedo. El grito era: “Ahhhhh”. Pues, el otro día, una jovencita que estaba a mi lado hacía algo así como: “Mmuuuu”. Vamos, que salía el de los colmillos largos y se rechupeteaba. Incluso, en una escena de acción que me tenía asustado perdido, esta chica susurraba en la sala de cine: “Muérdeme a mí. Vampiro, estoy aquí”. Y ni quiero recordar cuando salía el hombre lobo. Se vio con el torso descubierto y en la sala de cine se escuchó: “Ahhh, guapoooo”. ¿Quién se iba a imaginar que las jovencitas serían capaces de perder la razón por el hombre lobo? ¿O qué iban a ofrecer su cuello a un vampiro?. Sin embargo, ahora está claro que a un vampiro cualquiera no, pero a Edward Cullen, vamos... Lo que haga falta. Quien espere pasar miedo con Crepúsculo está más que equivocado. Ahora, esto no quiere decir que no esté bien la peli. Lo que ocurre es que los vampiros ya no se acuestan en los ataúdes, sino que, directamente, no duermen. Además, da igual que les dé la luz del sol. Incluso, es mejor porque brillan más. En fin, supongo que serán cosas del siglo XXI ya que, como todo, los vampiros también evolucionan en el cine.
(La Voz de Linares/ 26 de noviembre de 2009)

martes, 24 de noviembre de 2009

LA VACUNA DE LA GRIPE A

Nunca pensé que un bicho pudiera ser tan famoso. Ni la perra Lassie, ni la orca Willy, ni el simio King Kong han tenido tanto protagonismo como un simple virus que ni tiene nombre. Se llama por siglas: A/ H1N1 y tiene acojonada a media humanidad. Ni los alienígenas, ni el Godzilla de la literatura japonesa ni Bin Laden han conseguido eso. Y ahora llega un bicho que no se ve y está todo el mundo asustado. Se trata del virus que transmite la gripe A, que antes sólo era una enfermedad de los cerdos, pero que ahora también la contraen los humanos. Claro, llegado a este momento uno se plantea: ¿Por qué los marranos y las personas nos transmitimos los virus? ¿Es porque las personas se parecen, cada día, más a los cerdos o porque los marranos se asemejan a las personas?. A priori, parece una chominá, pero no resulta tan sencillo, ya que una u otra cosa marcará una tendencia que llevará, muy pronto (si no ha llegado ya), a ver a un cerdo sentado en un despacho de una oficina o a una familia envuelta en mierda en una pocilga.

No obstante, siempre me ha surgido la duda de quién le pegó el virus a los cerdos, ya que parece que sólo la padecen ellos. ¿Los dinosaurios? ¿Edward Cullen (entonces el virus vendría de los vampiros)? ¿La Pantoja? (como siempre le echan la culpa de todo a la mujer y en la tele dicen que es tan mala), ¿un extraterrestre? O, tal vez, fueron los propios cerdos los que los diseñaron en un laboratorio en una batalla contra una pocilga enemiga. O, para exterminarnos a nosotros… Bueno, no sé. El caso es que yo quería hablar de la vacuna de la gripe A. Se alude a ella desde más allá de la primavera y ahora es cuando ha comenzado el calendario de vacunación. Pero, hasta llegar a la aguja, no se crean que es sencillo. En realidad, el funcionamiento resulta muy similar al del Juego de Buscar al Tesoro. Lo primero que hay que conseguir es un P-10. A priori, el nombre parece que se trata de una cosa interesante, pero, en realidad, sólo es un papel firmado por el médico. A mí me sonó al coche de Santana y pensé para qué habrá que buscar un PS-10. Me voy al parking y lo conseguido, pero no. Era sin S.

El problema radica en que el P-10 lo da el médico, por lo que hay que pedir cita para la consulta. Para ello, se ha de acudir una semana antes porque las consultas están muy despejadas y no tienen cita, como mínimo, hasta 5 días más tarde de cuando la pides. Claro, luego dicen los políticos que no entienden por qué se colapsan las Urgencias, que es una evidencia más de que la mayoría de los que mandan son tontos del culo. Se colapsan porque te pones malo y te dicen en tu consulta que te tienes que esperar, como mínimo, 5 días. O te mueres, o te curas o vas a Urgencias. Cipotes.

Para conseguir la cita con el médico hay que esperar una larga cola, en la que algunos ancianos intentan que los atiendan antes que a ti para conseguir acudir a la consulta, pues, tal vez, unos cinco minutos antes que tú. Ahí se va una media hora y, si no te pega nadie la gripe A, la otra o cualquier cosa, es una buena prueba de que tu sistema inmunológico está bien preparado. No obstante, lo lógico es que se mantenga la idea de querer vacunarse.

Luego, toca ir al médico. A mí me tocó a las nueve de la mañana. Hay que estar unos minutos antes, ya que si la doctora va con adelanto, te nombra y si no estás existen elevadas posibilidades de que te meta la bulla. Claro, porque la mujer suele estar bastante agobiada. Sin embargo, que te atiendan antes sólo es una posibilidad remota. Hombre, no tanto como que te caiga un rayo, pero sí como que se te cague un pájaro. Mientras que se espera, generalmente, siempre hay algunas personas que te preparan para el encuentro con el médico. Ellas son las encargadas de preguntarse ¿Qué te pasa?, ¿Y eso?, ¿Te has tomado algo? y luego hablan de sus nietos… Claro, cuando te ve el doctor y te hace las mismas preguntas, ya sabes cómo responder. Para que luego digan que no hay adelantos.

La doctora tarda en hacerte el P-10 así como 90 segundos. Te abre la puerta y te vas. Y ya lo tienes. Luego, toca volver al mostrador de las citas. Hay que pedir solicitud para encontrarte con tu aguja. Otra vez, la cola. Los abueletes que quieren ganar algunos minutos y la gente tosiendo a tu alrededor. Si vuelves a no contraer nada, tus defensas siguen bastante bien. En ese momento, uno se plantea: ¿Para qué me voy a vacunar?. Pero, claro, es una pregunta trampa que no debe desanimarte. Cuando se consigue alcanzar el mostrador, la señorita que está detrás te dice que el horario para pedir cita para la vacuna es de 3 a 4 de la tarde, pese a que tú tienes tu P-10 en la mano que te lo ha dado la doctora a las 9.15. Pues, nada, teóricamente has de acudir por la tarde para reencontrarte con la fila. No obstante, la señorita te dice que es la hora a la que se ponen las vacunas, por lo que, por lógica, lo mejor es coger un número y, después, ir a la consulta, que te pinchen y listo. Pero, ay qué cosa, la lógica no funciona en la sanidad pública, ya que la señorita del mostrador te indica que no hay citas para el día en el que se pone la vacuna o, lo que es lo mismo, que para pincharte un jueves se ha de pedir cita el miércoles. Si no, nada de nada.

Por ello, hay dos opciones: volver por la tarde y pedir cita para pincharte al día siguiente o llamar a Salud Responde. A priori, la segunda es la que suena mejor. Por ello, coges el móvil y marcas un 902…. El número de gratuito tiene poco, por lo que hay que aflojar el bolsillo por cada minuto. Allí contesta una señorita, que no es la del mostrador porque tú ves que no tiene el teléfono en la mano, pero que te dice lo mismo. Y te da la cita dentro del horario de vacunación que, en mi centro de salud, es de 3 a 4 de la tarde. Concretamente, mi aguja estará destapada y con la vacuna adherida a las 3.09. Al menos, es la que me ha dicho la de Salud Responde, aunque habrá que ver lo que ocurre.

Ah, “y qué no se le olvide llevar el P-10”, me recordó. Pues, nada. Mi doctora me dijo que la dosis para evitar la gripe A era la “vacuna del miedo” debido a la polémica que existe respecto a si es recomendable vacunarse o, por el contrario, lo mejor es que no porque no se encuentra suficientemente probada. En realidad, yo creo que es la vacuna del coñazo porque te hace estar todo el día en el centro de salud para que, luego, en 20 segundos te pinchen. De ahí que supongo que, en realidad, la vacuna radica en entrar en contacto con la gente que está enferma. Si te pones malo, pues se pasa la enfermedad y punto. Y si no, es porque tus defensas son fuertes. Tal vez, la vacuna de la gripe A ni siquiera exista y sea otra estrategia de los cerdos para exterminarnos. Para que luego se quejen los gatos. A ellos los llevan al veterinario y, en un segundo, están vacunados.

jueves, 5 de noviembre de 2009

SANTANA SIGUE VIVA

Magna. Yujú. Aquí estamos.... Uno de los asuntos de los últimos días que ha copado la actualidad es la noticia de que General Motors, al final, no venderá Opel a Magna. Y eso que había acuerdo e, incluso, Magna ya tenía negociado un plan de viabilidad para la planta aragonesa de Figueruelas, que contaba con el visto bueno, incluso, de los trabajadores, pese a que implicaba despidos. Si Magna quiere una fábrica de coches, aquí está Santana. Quizás, no le haría falta ni comprarla, ya que con que deje de ser un pozo sin fondo para las arcas públicas sería más que suficiente. La Consejería de Innovación, que es la que gestiona el capital público de la empresa, ya ha dejado claro que Iveco, que es una marca del gigante Fiat que echa todo su glamour en Ferrari, tiene una opción de compra para la división automovilística que expira a finales de diciembre de 2010. El problema radica en que, tal y como está el sector de la automoción y la economía, en general, ya hay dudas de que Iveco compre. Quizás porque la espera desespera, sobre todo, si uno está en casa parado porque la fábrica no tiene trabajo o porque se ve complicado que una empresa se eche para adelante y adquiera una planta como Santana, que cerró sus cuentas de 2008 con unas pérdidas de 56,1 millones de euros. No obstante, en esta cifra, que marea, han repercutido la marcha de Suzuki y la bajada del negocio con Iveco, que tiene un plan industrial vinculado al todoterreno Massif. Lo que ocurre es que habrá que saber pronto si Iveco comprará o no, ya que, en caso de que no ejecute la opción de adquisición, habrá que desarrollar un plan b, ya que hay miles de familias que dependerán de él. Hace años, la marcha de Suzuki se asociaba con la muerte de Santana. Ahora, se ha visto que no ha sido así. Los japoneses dijeron" sayonara" y Santana sigue viva, pero sigue enferma y, por ahora, sin remedio.
(La Voz de Linares / 7 de noviembre de 2009)

miércoles, 4 de noviembre de 2009

A PAGAR A HACIENDA

Queda poco. El 6 de noviembre, tendré que repartir entre todos 298 euros. De otra manera, la Agencia Tributaria vendrá a por el segundo pago de la Declaración de la Renta de todas las personas que tuvieron la desgracia que, un día de mayo o junio, hicieran sus cuentas con el fisco y les saliera a pagar. Antes, uno de los deseos de futuro que te daban tus amigos era: “Ojalá que, cada año, te salga a pagar la Declaración de la Renta”. Sin duda, era prueba inequívoca de que se recibían unos ingresos considerables por la actividad laboral o por los negocios empresariales. Sin embargo, ahora, los que pagan al fisco son, como siempre, los más desgraciados o los que menos dinero tienen. Hoy, que te digan eso es igual que desearte: “Que seas tonto toda tu vida”.

Resulta muy sencillo. Una persona que cuente con unos ingresos importantes, si tiene cabeza, nunca tendrá que pagar a Hacienda. A lo largo de los años, los que pagan siempre son los pobres. Ahora, llega el tiempo para algunos de las simulaciones, es decir, de ajustar cuentas para no soltarle dinero a todos, sino quedárselo para uno mismo. La Declaración de la Renta se hace en función de las cuentas de un año, por lo que, en las últimas semanas de diciembre, suelen estar claras. Simplemente, con el programa PADRE en el ordenador se puede tener una estimación del dinero que tendrá que pagar. Sin embargo, para los que más tienen, el pago es voluntario o, lo que es lo mismo, si quieren no pagan ni un duro.

Un español acaudalado hace cuentas con Hacienda con una simulación del programa PADRE. Si le salen a pagar 1.500 euros, por ejemplo, si tiene más dinero no dará un solo euro. Si considera que hay planes de pensiones que desgravan hasta el 20% de los ingresos, si introduce 6.000 euros en su plan de pensiones la Declaración de la Renta le saldrá cero o, lo que es lo mismo, no tendrá que pagar nada. Y esos 6.000 euros los tendrá para cuando se jubile, ya que está claro que un rico no puede ser pobre como la mayoría de los pensionistas (la pensión media es de 525 euros en la provincia jiennense, que está por debajo del umbral de la pobreza que establece la propia Organización de Naciones Unidas para Europa).

Los abuelos, al igual que los estudiantes, son pobres por naturaleza. Sin embargo, con la actual normativa, también los podrá recuperar antes. Sólo tiene que quedar en situación de paro durante un mes. Pero, existe el otro caso. Una joven universitaria que ha trabajado durante 4 meses durante este año y, luego, ha quedado en el paro. En ese tiempo, ha podido ganar unos 4.000 euros. Si tiene tiempo cotizado suficiente, tendrá derecho a la prestación, que será la que le joderá todas sus cuentas. En ese momento, contará con dos pagadores, por lo que tendrá que hacer, de forma obligatoria, la Declaración de la Renta. Además, ha de saber que el dinero del paro no está sujeto a retención fiscal en el momento que se recibe, pero sí cuando Hacienda te pide cuentas. De ahí que, casi seguro, le saldrá a pagar. Sin embargo, su caso será bien diferente al de la persona que tiene buenos ingresos mensuales y le sale la Declaración de la Renta a pagar, ya que ella, generalmente, no tendrá 3.000 euros, por ejemplo, si Hacienda le exige abonar 750, para ingresarlos en un plan de pensiones. De ahí que repartirá entre todos los españoles esos 750 y, cuando se jubile, será pobre porque carecerá de un buen plan de pensiones.

Existen más casos. Por ejemplo, un joven que gana 800 euros al mes. Hay millones en España y miles en Jaén. Si tiene la suerte de acceder a una Vivienda de Protección Oficial (VPO), a priori, pensará que le ha tocado la Lotería. No le regalarán un piso, ni una casa, sino que tendrá que trabajar duro durante más de 20 años y destinar más de la mitad de su jornal para pagarla. Pero, al menos, tendrá un techo. Las VPO cuentan con ayudas públicas que, generalmente, se dan a la entrega de llaves y sirve para abonar el dinero de la entrada. Lo normal es recibir entre 9.000 y 12.000 euros. No obstante, lo que la mayoría desconoce es que, ese dinero, al igual que el paro no tiene retención fiscal en el momento de la entrega, pero sí a la hora de realizar la Declaración de la Renta. De ahí que cuando el político le dé la mano y le diga que le entrega una subvención de 12.000 euros, por ejemplo, con total libertad le puede decir: “Qué dices, pedazo de mentiroso”. Es sencillo. La retención fiscal rondará el 15 o 20%, por lo que Hacienda le reclamará en la Declaración de la Renta entre 3.000 y 4.000 euros de los que le ha dado en subvención. De ahí que la ayuda, en realidad, sea de 8.000 o 7.000 euros, ya que el resto hay que pagarlo después.

La Agencia Tributaria da dos opciones: pagarlo de golpe o en cuatro años. Para no pagar 4.000 euros, se debe aportar 12.000 a un plan de pensiones (siguiendo el mismo ejemplo, aunque hay otras opciones para escaquearse). ¿Quién tiene ese dinero?. Sin duda, el adjudicatario de una VPO, no. Un rico, sí. Por ello, estoy convencido de que Hacienda somos todos, pero sólo coge el dinero de unos pocos o, lo que es lo mismo, de los que menos tienen.